El milagro de Uruguay: el maestro y sus buenos alumnos

Este miércoles se ha dado a conocer un nuevo ranking FIFA, y con ello hay noticias importantes. En este caso hablaremos de Uruguay, un verdadero milagro en esto del fútbol de la actualidad, que se mantiene en el podio por cuarto mes consecutivo, codeándose con potencias mundiales como España o Alemania, a quien había logrado superar en junio.

Si bien es cierto que los “charrúas” tienen una de las historias más ricas en el balompié mundial, con dos títulos mundiales, dos medallas doradas en los Juegos Olímpicos y 15 Copas América, lo cierto es que nadie cinco años antes nadie avizoraba esta actualidad del elenco dirigido por Óscar Washington Tabárez, un maestro que ha logrado inculcar su filosofía de juego a un grupo de jugadores que se ha mantenido muy fuerte a pesar de las adversidades.

La historia con Tabárez inicia tras el fracaso uruguayo en las Eliminatorias para Alemania 2006, en el que Australia cortó con las ilusiones de Jorge Fossati y los suyos. Luego de presentar un ambicioso proyecto, que entre otras cosas contaba con una idea de juego definida basada en el sistema 4-3-3 como aspecto futbolístico más comentado, pero que también incluía aspectos que podían ayudar y mucho a lo que sucediera dentro de la cancha, como la inversión en infraestructura o la educación como requisito para las divisiones juveniles, por ejemplo.

El camino hacia Sudáfrica 2010 fue tortuoso. Tras unas eliminatorias con altibajos, Uruguay debió enfrentarse ante una situación límite: debía vencer en la altura de Quito a un Ecuador casi imbatible en esa tierra, para de esa forma llegar a la definición con la Argentina de Diego Armando Maradona. En un partido épico, que incluyó un gol de penal el último minuto por parte de Diego Forlán, la “celeste” se acercó al Mundial, aunque antes (y por consecuencia de la derrota como local ante Argentina) debería pasar por una nueva repesca, la tercera consecutiva, esta vez ante Costa Rica.

Uruguay volvía a una Copa del Mundo tras ocho años, y con malas actuaciones en los últimos 40 años. Muy pocos daban algo por los de Tabárez, que cayeron en el “grupo de la muerte”, con rivales fuertes como Francia, México y el local. Ante todo pronóstico, los uruguayos vencieron a Sudáfrica y a México, y empataron con Francia, para quedarse con el primer lugar del grupo y así evitar a Argentina en octavos de final. Luego de vencer a Corea del Sur, se vieron favorecidos al evitar a Inglaterra, y enfrentaron a Ghana en uno de los encuentros más inolvidables en la historia de los
Mundiales. Luis Suárez atajando el balón cuando ingresaba a su arco en la última jugada del partido, Asamoah Gyan fallando su penal y Sebastián “Loco” Abreu pateando un penal “a lo Panenka” para darle a la selección uruguaya la primera clasificación a semifinales desde México 1970. Ese, sin lugar a dudas, fue el partido en el que los uruguayos se dieron cuenta de que podrían ganarle a cualquiera. Si bien la mala suerte influyó en los juegos de semifinal y por el tercer puesto, todo Uruguay celebró como nunca con esa selección. Lo único que faltó fue lograr un título.

Pero precisamente el título llegó un año después. En la Copa América, Uruguay logró quedarse con el trofeo, eliminando al anfitrión y desplazándolo como el seleccionado más ganador en este torneo continental. Ya no había dudas: Uruguay era la mejor selección del continente. De allí en más, más cosas para elogiar. Un invicto de 17 partidos, el más amplio de la actualidad en todo el mundo; selecciones juveniles que han clasificado a todos los mundiales juveniles, compartiendo el logro únicamente con Brasil; la primera clasificación a los Juegos Olímpicos desde 1928; el segundo puesto en el ranking FIFA del mes pasado.

Muchas cosas para festejar. Seguramente Uruguay caerá del  podio el próximo mes, pero eso poco importa, los números son números y no reflejan siempre la realidad. La realidad para los jugadores uruguayos es que hoy en día sienten un orgullo inconmensurable por vestir la camiseta celeste, y eso es toda una novedad. La meta que todos anhelan es lograr la tan ansiada Copa del Mundo en Brasil 2014. Interwetten lo coloca como el sexto máximo favorito, con una cuota de 16 veces lo apostado si finalmente los “charrúas” se coronan en el país que lo vio ganar su último Mundial, en 1950.

De la mano de un maestro, Uruguay parece haber salvado con honores todas sus pruebas. ¿Seguirán las lecciones?