Rusia será la sede del Mundial 2018
Finalmente se ha develado la incógnita: Rusia será el lugar en donde se lleve a cabo la Copa del Mundo de la FIFA de 2018. Desde que Blatter había anunciado que el Mundial volvería a Europa tras doce años, se retiraron varias de las candidaturas, hasta llegar a cuatro: Inglaterra, Rusia y dos sedes compartidas, España-Portugal y Bélgica-Países Bajos.
Inglaterra partía como la gran favorita, por historia, infraestructura y hasta por el despojo sufrido ante Alemania en Sudáfrica 2010. A la hora de las elecciones de las sedes uno tiende a pensar que los favoritos siempre tienen un peso extra a la hora de las decisiones, y el que la Federación Inglesa tenga cuatro de los ocho votos a la hora de cambiar las normas del fútbol es un hecho que fácilmente puede ser relacionado al poderío. Sin embargo, un escándalo de corrupción finalizó conspirando contra las aspiraciones del pueblo británico, que ya veía muy cercano el hecho de albergar una nueva Copa del Mundo.
Rusia dejó una grata impresión a la hora de las presentaciones, y su designación podía entenderse desde la óptica de poder llevar el fútbol hacia una nación que abandonó los primeros planos del fútbol internacional desde la separación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Antes, la historia marcaba que la URSS era uno de esos combinados nacionales que habitualmente definían campeonatos. La decadencia del fútbol ruso en los últimos tiempos (atenuada en algo por la conquista del Zenit en la Copa UEFA) no parecía ser positiva, y las declaraciones del presidente Putin sobre la falta de transparencia de la FIFA parecían enterrar las aspiraciones del país.
España y Portugal idearon una candidatura conjunta, en la que el país luso sólo aportaba dos estadios. Sabido es que la FIFA no quiere nuevas experiencias en materia de duplas organizadoras, luego de lo que fue Corea/Japón 2002. Pero el éxito de España en los últimos años (con la Eurocopa 2008 y el Mundial 2010) y el nuevo auge de Portugal como una de las potencias continentales eran motivos, al menos, considerables para la elección.
Finalmente, Bélgica y Holanda querían reeditar lo que fue la Eurocopa que ambos organizaron en el año 2000, para quien escribe la mejor edición del torneo continental en lo que va del siglo. Desde un comienzo fue la candidatura con menor apoyo por parte de la FIFA, pero aún así se mantuvo hasta último momento con posibilidades.
La elección finalizaría cuando una candidatura obtuviera la mayoría de los 22 votos (50% mas uno, es decir 12), y si esto no se lograba, el último en la votación era removido para la próxima votación. Y así fue: en la primera ronda de votaciones Rusia logró 9 votos, España/Portugal 7, Bélgica/Holanda 4 y sorpresivamente Inglaterra sólo 2. Con los británicos eliminados, Rusia volvió a ganar la votación pero en esta oportunidad llegó a la cifra de 13 votos, ante los 7 de España/Portugal y los 2 de Bélgica/Holanda. El festejo se desató en el país con mayor territorio en el Mundo, que por primera vez en su historia organizará un Mundial de fútbol.
Los problemas a cubrir son variados: la falta de transporte o las deficiencias en la comunicación (de hecho, el 49% de los rusos desconocía la candidatura de su país para la Copa del Mundo) son sólo algunas de ellas. Sin embargo, el 2018 será un año clave para el desarrollo de Rusia, que estará bajo los ojos del Mundo después de 38 años, tras los Juegos Olímpicos de 1980.