Uruguay vence a Corea y se mete entre los ocho mejores del mundo
Cuarenta años después de su última gran actuación en una Copa del Mundo (semifinalista en 1970), Uruguay vuelve a estar en la conversación.
Los uruguayos vencieron a Corea del Sur por 2-1, con dos goles de Luis Suárez, en un encuentro mucho más complicado de lo que se preveía.
Antes de los cinco minutos el poste de Muslera ya había cimbrado demostrando que los coreanos tenían pretensiones series de victoria.
Forlán recibió en la banda de Cavani y mandó un centro rastrero que sorprendió al portero Jung Sung-Ryong, quién se lanzó tarde y mal. Entrando por el segundo palo, Luis Suárez marcó la apertura del score.
De allí en más los celestes se tiraron atrás y fueron los coreanos los que dominaron el encuentro. Igualmente Uruguay tuvo una gran oportunidad cuando Suárez se cortó sólo y quedaba mano a mano con el portero. Pero el árbitro invalidó la jugada por una posición adelantada inexistente.
Corea, siguió dominando pero apenas inquietaba con disparos desde fuera, mientras que Uruguay pudo haber sentenciado de no ser porque el árbitro se tragó un tremendo penal en favor de los uruguayos.
En la segunda parte el encuentro fue todo asiático. Los coreanos dominaron en todos los aspectos y Uruguay en ningún momento pudo hacerse con el balón.
El árbitro emparejó las cosas obviando un claro penalti de Cavani. Sin embargo, minutos más tarde y a la salida de un corner, un cabezazo y malas acciones defensivas de Lugano y Muslera le permitieron a Lee Chung Yong marcar el empate.
Parecía que Corea estaba mejor, pero a los asiáticos les pesó la historia. Se replegaron y cedieron terreno a un rival que no lo desperdició. Con aire, los charrúas avisaron dos veces por intermedio de Luis Suárez, hasta que en la tercera el delantero (de los mejores del Mundial) sacó un mágico disparo que se coló contra el palo.
Faltaban menos de diez minutos y los coreanos perdieron sus esperanzas cuando vieron como Lee Dong Gook definía sin fé ante un Muslera que se jugó la ropa achicando y que llegó a aminorar la marcha de un balón que fue despejado por Lugano en la línea.
Con el pitazo final Uruguay desató un festejo en el campo que se trasladó a todas las calles de Montevideo.